La importancia de una persona ejemplar en ConfucioEnsayos decentesDocumento abiertoLa persona ejemplar (junzi) es alguien digno de liderazgo y respeto. Hacer todo lo posible (zhong), observar la propiedad ritual (li), practicar la piedad filial (xiao), saber lo que es apropiado (yi) y tener un profundo amor por el aprendizaje (haoxne) son aspectos cruciales para convertirse en un individuo tan imponente y versátil. Estas cualidades, sin embargo, no se consiguen fácilmente, ya que el camino (dao) requiere un tipo de hábitos y compromisos que la persona media normalmente encontraría excesivos. Sin embargo, los que lograron perseverar se encontraron caminando por el sendero de la armonía. Aunque algunos lograron la armonía, hay que preguntarse: ¿cómo y por qué funcionaron estas ideas aparentemente arbitrarias? ¿Cómo es que amar para aprender y cumplir con el deber hace que una persona sea ejemplar? Para Confucio no era una tarea fácil de explicar. Para complicar aún más la cuestión, muchos pueden encontrar contradicciones en las propias Analectas. A pesar de ello, estas cualidades promueven el tipo de virtudes que, al menos en la mente de Confucio, pueden crear lo que muchos consideran una persona ejemplar.
Sin embargo, en contra de lo que muchos podrían creer, ser tu propio jefe no significa tener menos responsabilidades o un control financiero más fácil. Lo cierto es que emprender requiere tanto compromiso como la posibilidad de obtener recompensas.
En este sentido, hay que tener muy claro un punto para quienes deciden convertirse en su propio jefe: más que tener la actitud de un jefe (propio o de un grupo de personas), hay que desarrollar las cualidades de un gran líder.
Es un papel similar al de un jefe, pero con diferencias fundamentales. La primera diferencia entre un jefe y un líder es que mientras el primero sólo tiene autoridad, el segundo va más allá e inspira, fomenta el compromiso con el trabajo que se desarrolla.
Sin embargo, como hemos dicho antes, la innovación es prácticamente un requisito para quienes desean hacer negocios. Pero no se preocupe, innovar no significa necesariamente crear algo completamente nuevo o descubrir un mercado único que explorar.
Para quienes deciden convertirse en empresarios, es una necesidad aún más evidente. Al fin y al cabo, cuando el responsable de tu desarrollo profesional eres tú mismo, tener estabilidad emocional es aún más importante.
El potencial de liderazgo está en todas partes. Y, sin embargo, las organizaciones informan de que están muy preocupadas por la falta de fuerza de liderazgo. ¿A qué se debe esto? Definitivamente no es porque no haya suficientes personas capaces de liderar. De hecho, nuestra investigación global muestra que sólo una persona de cada millón carece de las habilidades para liderar. Lo que frena a demasiadas personas es una serie de suposiciones inhibidoras, prácticas organizativas que fomentan entornos inadecuados e inhóspitos para el crecimiento, y la incapacidad de hacer del desarrollo del liderazgo un hábito diario.
El liderazgo es un conjunto de habilidades, capacidades y actitudes que se pueden aprender. El liderazgo no es un talento. Tampoco es una fuerza, una posición, un gen, un derecho de nacimiento o algo que algunas personas tienen y otras no. Lo encontramos a todos los niveles, entre hombres y mujeres, jóvenes y mayores, en todos los países, en todos los grupos étnicos. Las prácticas de liderazgo asociadas a un liderazgo ejemplar son universales y están al alcance de casi todo el mundo. Está claro que el aprendizaje es la habilidad maestra.
Sin embargo, en contra de lo que muchos podrían creer, ser tu propio jefe no significa tener menos responsabilidades o un control financiero más fácil. Lo cierto es que emprender requiere tanto compromiso como la posibilidad de obtener recompensas.
En este sentido, hay que tener muy claro un punto para quienes deciden convertirse en su propio jefe: más que tener la actitud de un jefe (propio o de un grupo de personas), hay que desarrollar las cualidades de un gran líder.
Es un papel similar al de un jefe, pero con diferencias fundamentales. La primera diferencia entre un jefe y un líder es que mientras el primero sólo tiene autoridad, el segundo va más allá e inspira, fomenta el compromiso con el trabajo que se desarrolla.
Sin embargo, como hemos dicho antes, la innovación es prácticamente un requisito para quienes desean hacer negocios. Pero no se preocupe, innovar no significa necesariamente crear algo completamente nuevo o descubrir un mercado único que explorar.
Para quienes deciden convertirse en empresarios, es una necesidad aún más evidente. Al fin y al cabo, cuando el responsable de tu desarrollo profesional eres tú mismo, tener estabilidad emocional es aún más importante.