Ejemplos de posicionamiento de marca

El posicionamiento se refiere al lugar que ocupa una marca en la mente de los clientes y cómo se distingue de los productos de la competencia y se diferencia del concepto de conciencia de marca. Para posicionar productos o marcas, las empresas pueden hacer hincapié en los rasgos distintivos de su marca (qué es, qué hace y cómo, etc.) o pueden intentar crear una imagen adecuada (barata o premium, utilitaria o lujosa, de entrada o de gama alta, etc.) a través del marketing mix. Una vez que una marca ha alcanzado una posición fuerte, puede resultar difícil reposicionarla.

El posicionamiento es uno de los conceptos de marketing más poderosos. Originalmente, el posicionamiento se centraba en el producto y con Al Ries y Jack Trout creció hasta incluir la construcción de la reputación de un producto y su clasificación entre los productos de la competencia. Schaefer y Kuehlwein amplían el concepto más allá de los aspectos materiales y racionales para incluir el “significado” que conlleva la misión o el mito de una marca[1]. Principalmente, el posicionamiento trata del “lugar que ocupa una marca en la mente de su público objetivo”[2][3] El posicionamiento es ahora una actividad o estrategia de marketing habitual. A menudo, una estrategia de posicionamiento nacional puede utilizarse, o modificarse ligeramente, como herramienta para adaptarse a la entrada en mercados extranjeros[2][4].

3 pasos básicos para el posicionamiento en el mercado

Tanto si se trata de una startup como de una empresa de la lista Fortune 500, siempre hay un proceso para llevar el producto al mercado. Se llama posicionamiento del producto y es fundamental para el éxito de la marca. ¿Qué es y cómo se hace?

Si nos ponemos un poco más psicológicos, el posicionamiento del producto es también una campaña para causar una impresión en la mente de sus clientes objetivo. Quieres que conozcan tu marca como algo único, positivo y deseable. Como señalan Ries y Trout en Positioning: The Battle for your Mind:

La percepción de una marca por parte de los clientes es uno de los tres componentes esenciales del valor de la marca. No basta con ser el mejor producto del mercado; hay que ser el “imprescindible”. De ello dependerá lo que los clientes piensen de su producto:

Como empresa, puede influir en la percepción que los clientes potenciales tienen de su producto con una experiencia de producto completa (CPE). Cuando todos los siguientes componentes de su CPE funcionan bien, está en camino de conseguir el valor de la marca:

Las historias nos resultan naturalmente atractivas, más que una árida lista de características, ventajas del producto y precios. Las historias nos hacen creer en las cosas. Siga el arco narrativo tradicional (problema, villano, héroe que salva el día) para transmitir la narrativa de su marca. Por ejemplo, un limpiador de baños es el héroe en la batalla contra la suciedad, venciendo la cal y salvando el día con un baño impecable antes de que llegue tu madre.

Dollar shave club

Llegar a la mejor estrategia de posicionamiento y diferenciación implica un proceso. El objetivo del proceso es diseñar una identidad que confirme el valor del producto, servicio o marca en la mente del cliente y explique por qué y cómo la oferta es mejor que la de la competencia. Para alcanzar ese objetivo, los profesionales del marketing suelen seguir un proceso de posicionamiento que consta de los cinco pasos siguientes:

Si no tiene respuestas a estas preguntas, debería considerar la posibilidad de realizar una investigación de marketing formal o informal para llegar a comprender mejor su mercado objetivo y la dinámica del mercado que lo rodea. Algunos profesionales del marketing pueden disponer del tiempo y los recursos necesarios para llevar a cabo una investigación exhaustiva, mientras que otros pueden tener que basarse en su propia experiencia y en conversaciones anecdóticas con los clientes objetivo. En cualquier caso, recuerde que el cliente es el centro de la mezcla de marketing, por lo que saber a quién se dirige es el único punto de partida.

Una ventaja competitiva es algún rasgo, cualidad o capacidad que le permite superar a la competencia. Da a su producto, servicio o marca una ventaja sobre los demás en las decisiones de compra. La ventaja competitiva puede provenir de uno o de todos los elementos siguientes:

Etapas del proceso de posicionamiento en marketing

El posicionamiento se refiere al lugar que ocupa una marca en la mente de los clientes y cómo se distingue de los productos de la competencia, y se diferencia del concepto de conciencia de marca. Para posicionar productos o marcas, las empresas pueden hacer hincapié en los rasgos distintivos de su marca (qué es, qué hace y cómo, etc.) o pueden intentar crear una imagen adecuada (barata o premium, utilitaria o lujosa, de entrada o de gama alta, etc.) a través del marketing mix. Una vez que una marca ha alcanzado una posición fuerte, puede resultar difícil reposicionarla.

El posicionamiento es uno de los conceptos de marketing más poderosos. Originalmente, el posicionamiento se centraba en el producto y con Al Ries y Jack Trout creció hasta incluir la construcción de la reputación de un producto y su clasificación entre los productos de la competencia. Schaefer y Kuehlwein amplían el concepto más allá de los aspectos materiales y racionales para incluir el “significado” que conlleva la misión o el mito de una marca[1]. Principalmente, el posicionamiento trata del “lugar que ocupa una marca en la mente de su público objetivo”[2][3] El posicionamiento es ahora una actividad o estrategia de marketing habitual. A menudo, una estrategia de posicionamiento nacional puede utilizarse, o modificarse ligeramente, como herramienta para adaptarse a la entrada en mercados extranjeros[2][4].