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SSL son las siglas de Secure Sockets Layer (capa de conexión segura) y, en pocas palabras, es la tecnología estándar para mantener una conexión a Internet segura y salvaguardar cualquier dato sensible que se envíe entre dos sistemas, impidiendo que los delincuentes lean y modifiquen cualquier información transferida, incluyendo posibles datos personales. Los dos sistemas pueden ser un servidor y un cliente (por ejemplo, un sitio web de compras y un navegador) o de servidor a servidor (por ejemplo, una aplicación con información personal identificable o con información de nómina).
Para ello, se asegura de que los datos transferidos entre usuarios y sitios, o entre dos sistemas, sean imposibles de leer. Utiliza algoritmos de encriptación para codificar los datos en tránsito, impidiendo que los hackers los lean mientras se envían a través de la conexión. Esta información puede ser cualquier cosa sensible o personal que puede incluir números de tarjetas de crédito y otra información financiera, nombres y direcciones.
Secure Sockets Layer (SSL) fue el protocolo criptográfico más utilizado para proporcionar seguridad en las comunicaciones por Internet antes de que fuera sustituido por TLS (Transport Layer Security) en 1999. A pesar de la desaparición del protocolo SSL y la adopción de TLS en su lugar, la mayoría de la gente sigue refiriéndose a este tipo de tecnología como “SSL”.
SSL proporciona un canal seguro entre dos máquinas o dispositivos que operan en Internet o en una red interna. Un ejemplo común es cuando se utiliza SSL para asegurar la comunicación entre un navegador web y un servidor web. Esto hace que la dirección de un sitio web pase de HTTP a HTTPS, con la “S” de “seguro”.
HTTP es inseguro y está sujeto a ataques de espionaje porque los datos que se transfieren desde el navegador web al servidor web o entre otros puntos finales, se transmiten en texto plano. Esto significa que los atacantes pueden interceptar y ver los datos sensibles, como los detalles de las tarjetas de crédito y los inicios de sesión de las cuentas. Cuando los datos se envían o se publican a través de un navegador que utiliza HTTPS, SSL garantiza que dicha información esté cifrada y protegida contra la interceptación.
En pocas palabras, la “s” adicional significa que su conexión con ese sitio web es segura y está encriptada; cualquier dato que introduzca se comparte de forma segura con ese sitio web. La tecnología que potencia esa pequeña “s” se llama SSL, que significa “Secure Sockets Layer”.
Los certificados SSL son unos pequeños archivos de datos que establecen criptográficamente un enlace cifrado entre un servidor web y un navegador. Este enlace garantiza que todos los datos que se transmiten entre el servidor web y el navegador siguen siendo privados.
Esta información puede ser cualquier cosa, desde los detalles de una transacción bancaria hasta un correo electrónico introducido para registrarse en una oferta. En la jerga de los hackers, esta “interceptación” suele denominarse “ataque de hombre en el medio”.
¿Se pregunta cómo se producen los ataques? He aquí una de las formas más comunes: Un hacker coloca un pequeño programa de escucha no detectado en el servidor que aloja un sitio web. Ese programa espera en segundo plano hasta que un visitante comienza a escribir información en el sitio web, y se activará para comenzar a capturar la información y luego enviarla de vuelta al hacker.
El protocolo de transferencia de hipertexto seguro (HTTPS) es una extensión del protocolo de transferencia de hipertexto (HTTP). Se utiliza para la comunicación segura a través de una red informática, y es ampliamente utilizado en Internet[1][2] En HTTPS, el protocolo de comunicación se cifra utilizando Transport Layer Security (TLS) o, anteriormente, Secure Sockets Layer (SSL). Por ello, el protocolo también se denomina HTTP sobre TLS,[3] o HTTP sobre SSL.
Las principales motivaciones de HTTPS son la autenticación del sitio web al que se accede y la protección de la privacidad e integridad de los datos intercambiados mientras están en tránsito. Protege contra los ataques del hombre en el medio, y el cifrado bidireccional de las comunicaciones entre un cliente y un servidor protege las comunicaciones contra las escuchas y la manipulación[4][5] El aspecto de autenticación de HTTPS requiere que un tercero de confianza firme los certificados digitales del lado del servidor. Históricamente, esto era una operación costosa, lo que significaba que las conexiones HTTPS totalmente autenticadas se encontraban normalmente sólo en los servicios de transacciones de pago seguras y otros sistemas de información corporativa seguros en la World Wide Web. En 2016, una campaña de la Electronic Frontier Foundation, con el apoyo de los desarrolladores de navegadores web, hizo que el protocolo se volviera más frecuente[6]. Los usuarios de la web utilizan ahora HTTPS con más frecuencia que el HTTP original no seguro, principalmente para proteger la autenticidad de las páginas en todo tipo de sitios web, asegurar las cuentas y mantener la privacidad de las comunicaciones, la identidad y la navegación web del usuario.