Quizá uno de los mayores retos a la hora de crear un sitio web sea decidir qué tipo de plan de alojamiento web va a utilizar. Hay muchas opciones entre las que elegir, y varían mucho en precio, por lo que tendrá que estar seguro de que está tomando la decisión correcta.
Sin embargo, la elección del mejor plan de alojamiento web no sólo tiene que ver con el coste. Un sitio de comercio electrónico tendrá necesidades diferentes a las de un blog de WordPress, por poner un ejemplo. Seleccionar un plan que le ofrezca el nivel adecuado de recursos y características es esencial, para que pueda configurar su sitio web para el éxito desde el principio.
Todos los sitios web que has visitado viven en un servidor. La mayoría de los servidores son ordenadores, muy parecidos a los que estás acostumbrado, sólo que configurados desde cero para mostrar contenidos en línea y gestionar el tráfico web.
Cuando contratas servicios de alojamiento web, básicamente estás alquilando el espacio del servidor -o, en algunos casos, todo el ordenador- a un proveedor. Puedes utilizar ese espacio y una cantidad limitada de recursos para crear y mantener un sitio web que cualquiera pueda visitar.
Un servicio de alojamiento web es un tipo de servicio de alojamiento de Internet que aloja sitios web para los clientes, es decir, les ofrece las facilidades necesarias para crear y mantener un sitio y lo hace accesible en la World Wide Web. Las empresas que prestan servicios de alojamiento web se denominan a veces anfitriones web.
Hasta 1991, Internet sólo se utilizaba “… para la investigación y la enseñanza de las ciencias y la ingeniería…”[1][2] y se utilizaba para el tráfico de correo electrónico, telnet, FTP y USENET, pero sólo para un número ínfimo de páginas web. Los protocolos de la World Wide Web acababan de escribirse[3] y hasta finales de 1993 no se disponía de un navegador gráfico para ordenadores Mac o Windows[4]. Incluso después de que se produjera una cierta apertura del acceso a Internet, la situación fue confusa[aclaración necesaria] hasta 1995[5].
Para alojar un sitio web en Internet, un particular o una empresa necesitaba su propio ordenador o servidor[6]. Como no todas las empresas tenían el presupuesto o los conocimientos necesarios para hacerlo, los servicios de alojamiento web empezaron a ofrecer alojar los sitios web de los usuarios en sus propios servidores, sin que el cliente tuviera que poseer la infraestructura necesaria para hacer funcionar el sitio web. Los propietarios de los sitios web, también llamados webmasters, podrían crear un sitio web que se alojaría en el servidor del servicio de alojamiento web y que éste publicaría en la web.
En el mundo del alojamiento web, hay muchas opciones que harán que su sitio esté en la red. Sin embargo, cada una de ellas atiende directamente a las necesidades de los propietarios de sitios web, ya sean grandes o pequeñas. (opens in new tab)1. Bluehost es el mejor servicio de alojamiento web en general (se abre en una nueva pestaña)
Aunque la competencia es feroz, Bluehost (se abre en una nueva pestaña) sigue impresionando en casi todos los aspectos, ofreciendo el paquete completo de velocidad, seguridad, versatilidad y, lo que es más importante, una excelente fiabilidad por sólo 2,75 dólares al mes.
Hostgator (se abre en una nueva pestaña) nos ha sorprendido con una oferta exclusiva que ofrece algunas de las mejores características de alojamiento compartido que hemos visto en mucho tiempo, con un montón de regalos como nombres de dominio, certificado SSL y dinero para marketing desde sólo 2,64 dólares al mes.Ver oferta (se abre en una nueva pestaña) (se abre en una nueva pestaña)3. Alojamiento compartido Premium de Hostinger (se abre en una nueva pestaña)
Quizá uno de los mayores retos a la hora de crear un sitio web sea decidir qué tipo de plan de alojamiento web va a utilizar. Hay muchas opciones entre las que elegir y su precio varía mucho, por lo que hay que asegurarse de tomar la decisión correcta.
Sin embargo, la elección del mejor plan de alojamiento web no sólo tiene que ver con el coste. Un sitio de comercio electrónico tendrá necesidades diferentes a las de un blog de WordPress, por poner un ejemplo. Seleccionar un plan que le ofrezca el nivel adecuado de recursos y características es esencial, para que pueda configurar su sitio web para el éxito desde el principio.
Todos los sitios web que has visitado viven en un servidor. La mayoría de los servidores son ordenadores, muy parecidos a los que estás acostumbrado, sólo que configurados desde cero para mostrar contenidos en línea y gestionar el tráfico web.
Cuando contratas servicios de alojamiento web, básicamente estás alquilando el espacio del servidor -o, en algunos casos, todo el ordenador- a un proveedor. Puedes utilizar ese espacio y una cantidad limitada de recursos para crear y mantener un sitio web que cualquiera pueda visitar.